damasco

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DAMASCO

Prunus armeniaca

Esta planta es de la familia Rosaceae

Nombre común: damasco, albaricoquero, albergero o chabacano

Tamaño: Es un árbol de 3 a 6 metros de altura

Follaje: caduco (pierde sus hojas en otoño e invierno)

DESCRIPCIÓN

Es un árbol bastante rústico, propio de climas templados, aunque resiste bien los fríos invernales. Debido a lo temprano de su floración, puede sufrir por las heladas tardías en las localidades frías. Exige calor estival para la completa madurez de la fruta.

El Damasco es un árbol que puede pasar de los 6 m de altura con ramas formando una copa redondeada. La corteza del tronco es pardo-violácea, agrietada; las ramas son rojizas y extendidas cuando jóvenes y las ramas secundarias son cortas, divergentes y escasas. Las yemas latentes son frecuentes especialmente sobre las ramas viejas.

FLORACIÓN

Sus flores son grandes, solitarias, con cáliz rojo y pétalos blancos o rosados. Aparecen en primavera antes que las hojas.

FRUTO

Su fruta es amarilla y muy sabrosa, de piel más o menos anaranjada, teñida de rojo en la parte expuesta al sol, recubierta de una finísima pubescencia y con un surco muy marcado. Pulpa más o menos adherida al hueso, más o menos jugosa y perfumada.

CLIMA

El albaricoquero necesita unas condiciones muy adecuadas para crecer y producir frutos adecuadamente. Aunque se trata de un árbol de hoja caduca que necesita un periodo de frío invernal (entre unas 300 y unas 900 horas de temperatura por debajo de los 7 ˚C, dependiendo de la variedad), al tratarse de un árbol que florece muy temprano (antes del nacimiento de las hojas) es muy susceptible a las heladas tardías de invierno o a las últimas heladas de primavera. También exige calor estival para la completa madurez de la fruta y es bastante resistente a la sequía. Se comporta mejor en exposiciones aireadas y soleadas.

SUELO

Es poco exigente con los suelos, aunque prefiere suelos cálidos, secos, ligeros, profundos y calizos, no adaptándose a los suelos fuertes, fríos y húmedos. La permeabilidad del subsuelo tiene una gran importancia en este cultivo, pues todo estancamiento de agua perjudica al damasco. En tierras profundas toma un gran desarrollo y los frutos son de buena calidad. En malas tierras, los árboles se desarrollan menos pero los frutos son más perfumados.

RIEGO

Inmediatamente después de la plantación se realiza el primer riego, cuya finalidad es evitar bolsas de aíre en contacto con las raíces, así como mantener una zona húmeda para estimular el enraizamiento del plantón.
El damasco bien enraizados no necesitan regarse a no ser que se presenten periodos de sequía muy prolongados. En general, resisten bien los periodos de sequía moderados. Cuando la sequía es importante, se produce, a veces, la caída de las yemas florales.
Por tanto necesitan regarse abundantemente hasta que se encuentren bien establecidos, es decir, durante el primer año.

ABONO

Puedes añadir fertilizante (completo, bajo en nitrógeno) una vez entrado el invierno y durante el período en que crece la fruta, para satisfacer los requerimientos de nutrientes de la planta durante el período de producción.

PODA

El objetivo fundamental que se persigue con la poda es conseguir árboles bien formados y equilibrados para obtener la máxima producción con la mejor calidad de frutos posible.
La poda se puede realizar durante todo el período vegetativo de la planta, no obstante, las características de las diversas actuaciones en la poda permiten establecer dos épocas, la comprendida desde el inicio de la brotación hasta la caída de las hojas, que corresponde a la primavera - verano y es la llamada poda en verde o en vegetación y la que se extiende desde la caída de las hojas hasta el inicio de la brotación, que se practica durante el otoño - invierno y que llamamos poda de invierno.

PLAGAS

Hongo (Taphrina deformans), causa importantes daños a los árboles. Las hojas, brotes jóvenes y a veces incluso frutos se alteran en la superficie. La enfermedad progresa por una mancha oscura de las hojas que se marchitan y caen.
Los problemas frecuentes del damasco incluyen flujos de savia (una sustancia espesa y pegajosa que aparece en la corteza). Esto no es una enfermedad en sí misma, pero generalmente muestran un mal ajuste de la tierra del árbol, exceso de humedad, una lesión, un desequilibrio nutricional o un ataque de un insecto o un hongo.

COSECHA

Habitualmente, los damascos están listos para ser cosechados a mediados del verano o principios de otoño. Esto depende de su variedad. Se sentirán ligeramente blandos

PROPIEDADES Y USO

Las semillas de esta fruta y sus cualidades anticancerígenas. Se debería a que contiene vitmina B 17 y B 15.
Su fruto merece atención por sus contenidos de potasio y la provitamina A.
Importante es su efecto en la sangre a favor de la formación y maduración de los glóbulos rojos ya que aporta: hierro, cobre y cobalto.
Enfermedades respiratorias: En la medicina asiática, se recomienda el consumo regular del damasco para personas que padecen de estas enfermedades; se considera como un efectivo antiséptico
Tos y estreñimiento: La medicina china lo recomienda para estos malestares. Consumir las semillas en infusión o molidas en un mortero y mezcladas con otro tipo de bebida. Para catarros se recomienda el té de hojas del damasco.
Para regenerar células muertas: Es un gran regenerador celular gracias a su alto contenido en vitaminas y minerales. Por ello se recomienda especialmente para tratar y prevenirlas afecciones oculares.
Para la anemia
Para la hipertensión, consumo de su fruto especialmente por su contenido de potasio. También serviría su ingesta para adelgazar.

Fuente: https://viveroarguello.com.ar/catalogo/frutales/damasco/